Aunque la estrella de televisión Kim Kardashian demostró que no tiene implantes de glúteos, por medio de una radiografía mostrada en su reality show, tampoco quiere decir que haya nacido con ese enorme trasero.
La ingeniosa Kim sabe sacarle jugo a sus defectos, literalmente, pues toma la grasa que le sobra en las piernas y una buena cantidad más que le sacan en liposucciones, para luego inyectárselas en las "pompas" y lograr ese grandioso efecto.
Según indican, la socialite ha preferido darle la espalda al mundo (o más bien "las nalgas") y está totalmente obsesionada con lograr un inmenso y suculento trasero.
Kim se siente orgullosa de ser una "culona", ha dicho que gracias a ello podría salvarse de una caída al vacío, pues rebotaría; incluso ha dicho que ella jamás viaja en clase turista pues las dimensiones de su trasero sólo le permiten sentarse en primera clase.
El cirujano plástico Iván Mañero explica lo que puede estar pasando con el trasero más visto de la televisión:
"A mi juicio, se ha hecho un implante autólogo de grasa después de varias liposucciones. Está claro que se ha hecho algo porque su trasero no es proporcional a su cintura ni al resto de su cuerpo, pero no pueden tener prótesis, porque no las fabrican de ese tamaño, ni ácido hialurónico, pues saldría carísimo y se reabsorbe (...). El procedimiento consiste en sembrar miles de pequeñas bolitas de grasa y después darles forma".
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