El rayo sonó tan fuerte que pareció que el cielo se rompía, relató un testigo a la televisora PAT. El estruendo tiró al suelo al pastor y dueño del rebaño Angelino Ventura, de 80 años, quien salió ileso. Ventura rompió en llanto el viernes y dijo que perdió todo su ganado.
Los indígenas prepararon una ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra) antes de enterrar a los animales muertos en una fosa, dijo Chura.
En el altiplano son frecuentes las granizadas y tormentas eléctricas en temporada de lluvias, pero nunca un rayo mató tantas ovejas y vacas, según el funcionario.
Desde sus antepasados, los indígenas aymaras de la zona andina atribuyen los rigores del clima a la ira divina y acostumbran hacer ofrendas para calmar a los dioses de las montañas, según los antropólogos.
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