El hombre esperó a quedarse a solas con el sacerdote para decirle que no le parecía correcta la interpretación que dio de la Biblia. Don José Ramón, por no discutir, le pidió disculpas y le dijo que esperaba que la próxima vez le gustase.
El fiel consideró que el párroco estaba despreciando su crítica y, según fuentes policiales, le golpeó dos veces en el rostro.
El presunto agresor también declaró que el sacerdote le había pegado. Ninguno presentaba lesiones, aunque sí marcas, según pudieron comprobar los agentes en la cara de José Ramón.
El devoto volvió el domingo a la parroquia. El sacerdote alertó a la Policía y el primero huyó. De volverlo a ver por la iglesia podría interponer una denuncia por acoso.
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