Muchos desconocen que este día de la Semana Santa Jesús cenó la Pascua con sus apóstoles, siguiendo la tradición judía. Es decir, se sirvió un cordero puro y del año, y su sangre se roció en la puerta del escenario de la Última Cena, en señal de purificación.
Además, en el primer día del Triduo Pascual se conmemora la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio. También adquiere un gran simbolismo el lavado de pies que hiciera Jesús a sus apóstoles.
Según se lee en Juan 13, 1-15, “Jesús se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido”.
Entonces Jesús dice a sus anonadados seguidores que solo lava los pies porque todo lo demás está limpio. Sin embargo, no todos lo están, agrega en alusión al que lo traicionaría horas después.
“¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”, se lee en la Biblia.
Por la noche se adorará al Santísimo en el “Altar de la Reserva” celebrándose la llamada Hora Santa en los templos católicos del mundo. La Iglesia llama al Jueves Santo el Día del Amor Fraterno.
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