Sabemos que seguramente no eres un angelito y tarde o temprano te verás en una situación parecida. Te decimos cómo salir bien librado.
Toma el control
Ella está furiosa y tú te encuentras perplejo. La mejor forma para desactivar su enojo, de una manera en que pueda entenderlo, es hablando hasta la saciedad. "La clave es encontrar el camino hacia el diálogo. No importa si la senda es buena, mala o fea", indica el sargento Scottie Frier, un negociador de crisis del departamento del sheriff del Condado de Lexington, en Carolina del Sur.
Encuentra su fusible
Establece un perímetro. Comienza por detectar si está aparentando. Una situación de crisis puede significar tan sólo una llamada de atención. "Hay ocasiones en las que las mujeres eligen pelear con el fin de calibrar el nivel de interés y compromiso de los hombres", dice Nancy Fagan, autora del libro The Complet Idiot`s Guide To Romance. "Él podría no estar haciendo aquello de lo que ella se queja." No es necesario culpar únicamente a los cambios de humor mensuales. "Al dejarse llevar por la ira, los primeros sentimientos que afloran son la frustación y el dolor", señala el doctor Charles Miron, terapeuta sexual. "Si te sumerges en la ira con el fin de enfrentar esas emociones enterradas, es más probable que juntos logren un resultado positivo." Cuando ella se frena en el sexo, es porque puede tratarse de algo serio. "Si existen problemas en la cama, es por culpa de la ira", puntualiza Susan Sheppard, experta en relaciones y autora de How To Get What You Want from Your Man Anytime.
Establece el tono
Guarda el megáfono. "Lo que buscas es establecer el tono, el humor, el tiempo y la agenda de la discusión", dice Robert Mayer, autor de How To Win Any Argument Without Raising Your Voice, Losing Your Cool Or Coming To Blows. Déjala desahogarse. Si ella quiere explotar, arrójale una bomba conveniente. "Nadie escuchará la lógica hasta que la parte emocional haya sido resuelta", explica Mayer. Frier sugiere que le des la siguiente respuesta: "Entiendo tu enojo, pero para mí es muy difícil continuar si tú sigues gritando". Ese golpe de realidad la hará reconsiderar su comportamiento. Utiliza el contacto visual para demostrarle que la escuchas -atontado, incluso- y parafrasea el punto en donde reconoces que tú atiendes lo que está diciéndote. Pero ten cuidado con las minas terrestres: "En cualquier interrogatorio a un testigo, es importante conocer de antemano la respuesta que vas a obtener", remata Ken Suggs, presidente de la Asociación de Abogados de América.
Resuelve la crisis
Sella el trato. Frier asegura: "Es entonces cuando se convierte en un esfuerzo compartido". Digamos que tu posición es lógica y mantienes una posición de superioridad moral, "si intentas forzar algo en ella, terminarás por tener una novia ofendida y amargada", dice Mayer. Por lo tanto, intenta un trato. "Tú querrás que ella se sienta parte del proceso", afirma Frier. Así que pídele que plantee soluciones. Si solicita algo razonable, intenta obtener un beneficio de eso. Y comienza con lo mínimo. "En una situación de rehenes, lo primero es pedirles a los terroristas la liberación de todos, sabiendo que la respuesta será negativa", asevera Frier. "Entonces acordamos solicitarles que liberen a uno. Yo gano que uno quede libre y ellos imaginan que han ganado porque sólo debieron soltar a un cautivo". Y sus rehenes emocionales también necesitan salir a respirar.
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