La Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, clasifica a los betacarotenos- contenidos en frutas y vegetales de color rojo, naranja y amarillo- como posiblemente eficaces para disminuir el riesgo en algunos tipos de cáncer, gracias a sus propiedades para mantener en buen estado a las células.
Además, es recomendada para evitar el envejecimiento del órgano visual. Las personas que comen con frecuencia calabaza tienen menos problemas en los ojos, sobre todo de cataratas, glaucoma y falta de agudeza visual, ya que es rica en vitamina A y potasio, elementos muy útiles para los ojos.
Mejorar el rendimiento físico, sobre todo en las personas de la tercera edad, es otra de las misiones atribuibles a esta hortaliza, de la que se conocen diversas variedades.
Indispensable en la mesa
Introducir a la auyama en la dieta habitual, ofrece importantes beneficios nutricionales. Comerla dos o tres veces por semana, es una medida aliada de la salud, pues la hortaliza tiene un alto contenido de agua a diferencia del aporte de carbohidratos, lo que la convierte en un alimento poco calórico (12 – 40 calorías por cada 100 gramos de auyama consumida).
La fibra es otro componente esencial en la auyama, también conocida como calabaza. A pesar de ser rica en potasio, también es fuente de otros minerales como el fósforo, el magnesio, el zinc y el calcio y el hierro en pequeña proporción.
Además, las semillas o pipas de auyama poseen hasta 24,5% de proteínas y ácidos grasos, así como también son especialmente ricas en aminoácidos esenciales, lo que le confiere propiedades antiinflamatorias, emolientes y antiparasitarias. Las semillas pueden ser consumidas, a razón de un puñado en la mañana, antes de la comida, dos a tres veces por semana.
Para aprovechar todos sus nutrientes, es preferible hacerlo en su forma cruda. Sin embargo, si se va a cocinar lo recomendable es hacerlo por pocos minutos, para evitar la pérdida de importantes vitaminas.
El color vistoso y la forma poco usual de la calabaza, puede ser un atractivo para los más pequeños de la casa, a quienes hay que inculcarles desde temprano el hábito de consumirla.
Para incluirla en la dieta de los niños, se le puede condimentar de diversas maneras e incluso puede rellenarse con otros alimentos., así como licuarla en puré para hacer más fácil su consumo.
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