Hechos, que podría haber tenido consecuencias directas en la muerte o asesinato de Jenni Rivera. Son bien sabidas las vinculaciones que han existido entre algunos gruperos con el dinero procedente de los carteles en México. El narcotráfico busca cómo convertir su dinero ilícito, en un flujo de capital limpio. Y para ello, se enfoca en comprar campañas políticas, clubes, productores musicales que controlan directamente sus volúmenes de producción de discos y que pueden manejar los márgenes entre las ventas reales y ficticias. Deportistas de élite, con contratos nominales y cientos de deducibles y cantantes o gruperos que manejan dinero efectivo y taquillas. A este respecto, ICE comenzó una investigación hace dos años relacionada con este tipo de actividades delictivas por parte de 'Los Zetas' en Estados Unidos, a raíz de declaraciones de dos importantísimos testigos que se habrían entregado voluntariamente y llegado a un acuerdo de cooperación e información con las autoridades de este país.
Uno, sería el secretario personal del propio Miguel Treviño, alias El Z40 y supuestamente líder de los Zetas, tras desbancar a Heriberto Lazcano Lazcano, al frente de esa organización criminal. El otro, alguien relacionado directamente con el manejo de sus negocios. Ahora ambos, como otros detenidos del cártel, estarían cooperando con el gobierno y revelando cómo opera esta red en suelo estadounidense. En el seno de esas investigaciones, aparentemente, el nombre de Jenni Rivera habría salido a relucir, porque esta mujer con pantalones, ejemplo de fortaleza y nobleza, valiente y trabajadora incansable, habría dicho un "no" tajante al ofrecimiento de poner sus finanzas al servicio del blanqueo de dinero por parte de los Zetas. Sobre la mesa, tambien se habrían puesto, supuestamente, otros nombre de personas cercanas a la artista relacionados en el pasado con los narcos. Las fuentes que prefirieron mantenerse en el anonimato por ser cercanas a la investigación de este proceso que sigue en curso, con información que no ha sido ratificada por las autoridades y predisponiendo siempre su inocencia hasta que se demuestre lo contrario, comentaron que el nombre del ex pelotero Esteban Loaiza tambien habría sido citado. Aparentemente, y segun estas mismas fuentes, Jenni lo habria descubierto tras ser invitada a participar de un negocio y negarse de forma tajante. En declaraciones de la "Diva de la Banda" a raíz de su divorcio, ella misma aseguraba: "El día 21 de septiembre me di cuenta de algunas cosas que, por lo menos esta mujer, no tolera. Ni esas cosas, ni ese tipo de acciones. Las cosas que se hicieron en mi contra fueron tan graves que yo no las puedo aceptar". Inmediatamente, la opinión pública lo había interpretado como un posible desliz del ex beisbolista con su hija Chiquis, por alusiones de la artista. Pero este habría sido solo, aparentemente, uno de los motivos de la decisión de Rivera. Ella hablaba en plural. "Las otras acciones" a las que hacía referencia podrían haber estado encaminadas en este otro sentido que sugieren las fuentes.
La cantante, siempre se habría negado a "conducirse por la izquierda. Su encomiable postura, sin embargo, habría sido una provocación que se tornaría, después, en amenaza a las puertas de un divorcio, si decidía hacer público lo que sabía". "Ese sería un motivo por el que la habrían mandado eliminar" asegura la fuente. "Matarla a bala hubiese sido muy evidente, era preferible tratar de meter el ganso simulando un accidente del avión". Esta teoría, de ser cierta, explicaría por qué el aparato un Lear jet 25 con matrícula N3445MC llegara a tierra prácticamente desintegrado. Los metales y restos humanos quedaron dispersos a varios centenares de metros a la redonda y en las copas de los árboles. El aparato, lejos de una falla mecánica o del piloto, podría haber explotado como consecuencia de un explosivo escondido, que al alcanzar el nivel de presión necesario, lo habría hecho estallar en pedacitos y desaparecer inmediatamente del radar. Expertos consultados, aseguran que cuando un avión así se desploma desde el aire, ya sea de panza, nariz o cola, el terreno donde cae presenta cráter o señales inequívocas como restos del combustible, que no presentaba el lugar donde fueron descubiertos la mayoría de los restos en el municipio de Iturbide.
La ropa tampoco estaba, aparentemente, quemada, sino que parecía haber caído desde el cielo y lo más importante, no se registró ninguna llamada de emergencia o "May Day" a pesar de que un fallo en los motores en esta avioneta, la haría planear unos dos minutos, dándole tiempo a comunicarse con la torre de control. Para completar, no existía Caja Negra. Tras los datos hechos públicos estos días sobre fallos en el pasado de la avioneta, el pasado supuestamente delictivo del propietario o la pericia de los dos pilotos, uno por la edad y el otro por la falta de experiencia, la Secretaria de Comunicaciones y Transportes de México informaba, que según la empresa propietaria del la aeronave, Starwood Management, en el momento del accidente la cantante se encontraba probando el avión donde pereció, con idea de adquirirlo. Algo que presenta la interrogante de por qué Jenni elegiría probar un aparato de más de 40 años con idea de comprarlo, justo después de su concierto, cansada, con su equipo, con ganas de regresar a su casa y a esas horas de la madrugada. Aparentemente, estas líneas de investigación están siendo manejadas por agentes del FBI que fueron enviados a la escena, pero serán las autoridades mexicanas, por aforo del siniestro en suelo mexicano, quienes tendrán que tomar las acciones pertinentes que ya han adelantado se tardarán semanas, si no meses. Mientras tanto, el ICE, la DEA y la FBI siguen tratando de combatir el flagelo del lavado de capitales de los cárteles que usan el deporte, la música o los propios bancos como fondo. Siete integrantes del cártel mexicano de Los Zetas, fueron arrestados recientemente después de que la justicia de Estados Unidos acusara, a un total de 14 miembros del cártel, de lavar dinero por medio de la crianza y las carreras de caballos. El líder de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, de 38 años, y sus dos hermanos, fueron señalados en la acusación federal. Uno de ellos, continua detenido.
El socio, puesto en libertad tras colaborar con la DEA dando información precisa sobre la red delictiva, aparecería muerto cinco meses más tarde. Este caso, es un claro ejemplo de la habilidad de los cárteles de la droga mexicanos para establecer puntos de apoyo en industrias legítimas de Estados Unidos y el esfuerzo de las autoridades por perseguirlos, a pesar de que es un sendero de papel complicado de seguir —con montones de registros bancarios, fiscales y de propiedad— cuyo rastreo normalmente tarda años. Por eso, muchas de estas investigaciones a deportistas de élite, gruperos, clubes de futbol o productores siguen abiertas. Los agentes siguen adelante para golpear a la delincuencia organizada, donde más le duele —el flujo de diner— que es la forma más efectiva para acabar con las redes criminales. Porque el dinero les es más importante que la droga. El lavado de las ganancias de los estupefacientes es esencial para Los Zetas y otros carteles que manejan grandes cantidades de efectivo, ya que se utiliza para corromper a las autoridades en todos los niveles, y financiar las actividades ilegales de estos grupos. Recientemente, equipos de futbol como el Necaxa, Santos, Puebla y Salamanca también se vieron implicados en la recepción de dinero por parte del narcotráfico. Instituciones bancarias como Wachovia, Bank of America y el europeo HSBC reconocieron en el pasado haber sido plataformas para el lavado de miles de millones de dólares . El mundo grupero no ha sido la excepción, no solo por el peso de los narcocorridos y las vinculaciones a los distintos carteles, sino por el lavado de activos a través de las ganancias obtenidas en sus presentaciones. Muchos lo utilizaron como palanca, los más afortunados, como el propio Lupillo Rivera, resultaron ilesos del fuego de las balas y otros muchos, como Sergio Gómez o Valentín Elizalde fueron torturados y asesinados salvajemente. Quizá la "Diva de la Banda", era consciente de los peligros que conllevaba esa "hermandad". Esa mujer "rebelde y canija", como ella misma se definía, se apretó los pantalones, como no lo hicieron muchos hombres y dio un " No" rotundo a la delincuencia organizada. Su vida pudo ser un camino de espinas, pero siempre mantuvo por delante ser una mujer digna y de convicciones.
Nadie sabe a ciencia cierta hoy, si lo expuesto tuvo que ver con su muerte, pero si marcarán de una forma ejemplar y positiva su legado y su vida. Finalmente, serán las autoridades competentes quienes tengan la última palabra y esperamos que la justicia mexicana prevalezca sobre otros intereses. Descanse en paz, Jenni Rivera.
Fuente The Huffington Post
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