Payen, que precisó que Schumacher se encuentra en coma artificial inducido por medicamentos, no quiso pronunciarse sobre su evolución futura.
"Es demasiado pronto para hablar" sobre el futuro, señaló el médico, tras indicar que por ahora no pueden "decir más, en particular sobre cómo puede ir el pronóstico".
Insistió: "Por ahora no hablamos de secuelas" y se limitó a repetir que está en "situación crítica" y que "por definición, puede evolucionar".
El neurocirujano Stefan Chabardes contó que el siete veces campeón de Fórmula Uno fue objeto de una neurocirugía nada más llegar al CHU ayer a primera hora de la tarde, porque un escáner mostró que sufría un traumatismo craneal que le había causado hematomas intracraneales y un edema cerebral difuso.
Payen también precisó que ahora el objetivo de los tratamientos que recibe es "limitar la elevación de la presión intracraneal" y dijo que se le ha puesto en situación de hipotermia, entre 34 y 37 grados.
Indicó que no se prevé practicar de momento una segunda operación al expiloto, en contra de las informaciones de medios galos que aseguraron que ya se le había realizado en las últimas horas.
El jefe de reanimación constató que, pese a que Schumacher llevaba casco cuando se dio un golpe con la cabeza a gran velocidad contra una roca mientras esquiaba junto a su hijo fuera de las pistas de la estación de Meribel, al hospital "llegó con lesiones muy importantes".
En cualquier caso, añadió que si el deportista de 44 años no hubiera llevado casco habría muerto, dada la violencia del choque
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