Fanny Schlatter, de 18 años, estaba trabajando como aprendiz de pintor y cargaba botes de pintura en una camioneta, portando su Samsung Galaxy S3 en uno de los bolsillos. Según el diario suizo 'Le Matin', el teléfono no estaba enchufado y la batería tenía carga normal.
"De repente escuché un estruendo, sentí un olor químico extraño y mis pantalones comenzaron a incendiarse. Se veía una llama amarilla", dijo Schlatter. Su jefe le ayudó, llevándola al baño más cercano donde sus colegas apagaron las llamas. "Por suerte mi cabello estaba atado y mi jersey no se incendió", cuenta la joven.
La joven fue llevada a un hospital y no sintió su muslo derecho durante varios días.
Los expertos, citados por el diario 'The Daily Mail', dicen que en algunos casos los teléfonos explotan tras ser expuestos al calor.
Schlatter no sabe qué ocurrió con su dispositivo, ya que fue comprado en una tienda oficial de Samsung y siempre funcionaba bien.
Los representantes de Samsung prometen estudiar el caso de la joven suiza "para determinar la causa del incidente".
Un caso parecido fue registrado en Corea del Sur en 2011, cuando un Samsung Galaxy Note supuestamente explotó en el bolsillo de un hombre mientras caminaba por la calle. La explosión le causó quemaduras de segundo grado y una herida de una pulgada en uno de sus muslos.
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